Es muy común que, y luego de invertir una valiosa cantidad de tiempo al preparar y redactar email, notes que has cometido un error garrafal luego de hacer click en “Enviar”. Lamentablemente, en este punto es imposible retroceder el tiempo y tu probablemente tu mensaje ya haya sido leído. ¿Qué hacer en estos casos? ¿Asumir el error con la frente en alto o llorar en posición fetal? ¡Despreocúpate! En esta oportunidad te diremos cómo evitar 5 infernales errores que desearíamos que nunca sucedieran.
1) Desconocer tu audiencia.
Hay un caso en el cual, en una famosa agencia, queriendo facilitarle las cosas a un de sus clientes, configuraron un workflow de mails para el seguimiento de nuevas oportunidades provenientes de la web. Sin embargo, al asumir que eso era lo que querían, ignoraron si esa era en realidad la manera en la que funcionaba el proceso de ventas de la empresa, ya que este consistía en realizar un seguimiento personal de cada oportunidad de venta, lo que ocasionaba que estas se confundieran entre los correos de seguimiento y los correos personales del cliente. ¡Craso error!
¿Cómo evitarlo?:
Aplicando el smarketing se hubiese planeado mejor esta campaña de seguimiento y se hubiesen obtenido resultados exitosos. Siempre debe existir comunicación entre la agencia y el equipo de ventas del cliente; y más importante aún, siempre debe existir aprobación previa del cliente al ejecutar cualquier acción.
2) Pequeñas distracciones, grandes errores.
En una oportunidad, un mánager de inbound marketing estaba a punto de enviar un correo electrónico con el informe anual a su cliente más importante, pero decidió agregar al proceso la amena compañía que le ofrecía su lista de reproducción favorita de YouTube. A fin de cuentas, una cosa llevó a la otra y en el desenlace del meollo, el cliente lo que recibió fue un correo con la canción predilecta del mánager. Es probable que pienses: “¿Pero quién puede ser tan descuidado como para cometer semejante error?”. Pues no juzgues tan rápido, porque seguramente cosas como estas pasan más frecuente de lo que imaginamos. Afortunadamente este caso tuvo un final feliz.
¿Cómo evitarlo?
Ten como regla de vida revisar siempre, una y otra vez, y cuantas veces sean necesarias, todos tus correos electrónicos antes de enviarlos. No olvides que los mensajes por correo electrónico pueden malinterpretarse fácilmente. Esto incluye WhatsApp también.
3) Receptor equivocado.
Una vez un cliente le encomendó a una agencia unas tareas de SEO para su empresa, y previamente les envió algunos insumos e informes elaborados por su actual agencia para que pudieran usarlos de manera que fuese más sencillo realizar dicha tarea. Una vez elaborada la propuesta, la cual abordaba todos los problemas que el ciente enfrentaba y que tomó muchas horas para ser preparada y revisada, todo estaba listo para ser enviada, sin embargo, gracias a una confusión el destinatario fue nada más y nada menos que… La agencia actual del cliente. Si algo parecido te ha pasado, sabes que en ese punto todo está perdido.
¿Cómo evitarlo?
Asegúrate de no mezclar las direcciones de correo electrónico que tengas en tu BBDD y crea perfiles de cada prospecto para evitar estos errores. Recuerda que muchas de las comunicaciones entre tú y el cliente deben tener un carácter preferiblemente confidencial y es posible que ninguna de las partes quiera tolerar filtraciones de ningún tipo en ningún punto.
4)”Personalizar” envíos.
En una agencia se preparaban los primeros correos electrónicos para volver a captar el interés de los clientes. Todo iba bien, hasta que luego de definir un perfil de consumidor clave para el cliente, decidieron usar un nombre genérico para tomarlo como ejemplo para los demás correos. Llamaremos a este cliente genérico “María”. Resulta que al final, olvidaron personalizar todos los demás mensajes antes de enviarlos a los clientes, los cuales tuvieron distintas reacciones al ver que los llamaban “María”. ¡Terrible!
¿Cómo evitarlo?
Cuando compitas contra el reloj para hacer una entrega y decidas tomar algunos “atajos”, no olvides nuevamente que jamás debes enviar nada sin revisarlo adecuadamente. Asegúrate de que una segunda persona revise tu trabajo antes de enviarlo para evitar este tipo de errores… Y por las dudas y de ser necesario, busca a una tercer persona.
5) Experimentar.
Una vez un colega estaba incursionando en el mundo de HTML o CSS, para agregar algún color favorito o personalizar algo. De alguna manera, terminó enviándole a un cliente un horrendo correo electrónico no personalizado que, desafortunadamente, se refería a todos como: “Hola, nombre”. A partir de ese día más nunca se supo de dicho colega.
¿Cómo evitarlo?
Evita este error pidiéndole a alguien que vea tus correos electrónicos o haciendo una prueba enviándotelos como si fueras un contacto más en el sistema.
Sabemos que nadie está exento de cometer errores, y que de ellos aprendemos, pero la idea es evitarlos al máximo posible. ¿Qué es lo más espantoso que te ha sucedido a ti?
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